ORACIÓN PARA UNA VISITA
A JESÚS SACRAMENTADO POR EL PAPA JUAN PABLO II
¡Oh Jesús de mi alma,
encanto único de mi corazón!, heme aquí postrado a tus plantas, arrepentido y
confuso, como llegó el hijo pródigo a la casa de su padre. Cansado de todo,
sólo a Ti quiero, sólo a Ti busco, sólo en Ti hallo mi bien. Tú, que fuiste en
busca de la Samaritana; Tú, que me llamaste cuando huía de Ti, no me arrojarás
de tu presencia ahora que te busco.
Señor, estoy triste, bien
lo sabes, y nada me alegra; el mundo me parece un desierto. Me hallo en
oscuridad, turbado y lleno de temor e inquietudes...; te busco y no te
encuentro, te llamo y no respondes, te adoro, clamo a Ti y se acrecienta mi
dolor. ¿Dónde estás, Señor, dónde, pues no gusto las dulzuras de tu presencia,
de tu amor?
Pero no me cansaré, ni el
desaliento cambiará el afecto que me impulsa hacia Ti. ¡Oh buen Jesús! Ahora
que te busco y no te encuentro recordaré el tiempo en que Tú me llamabas y yo
huía... Y firme y sereno, a despecho de las tentaciones y del pesar, te amaré y
esperaré en Ti.
Jesús bueno, dulce y
regalado padre y amigo incomparable, cuando el dolor ofusque mi corazón, cuando
los hombres me abandonen, cuando el tedio me persiga y la desesperación clave
su garra en mí, al pie del Sagrario, cárcel donde el amor te tiene prisionero,
aquí y sólo aquí buscaré fuerza para luchar y vencer.
No temas que te abandone,
cuando más me huyas, más te llamaré y verteré tantas lágrimas que, al fin,
vendrás... Sí..., vendrás, y al posarte, disfrutaré en la tierra las delicias
del cielo.
Dame tu ayuda para cumplir
lo que te ofrezco; sin Ti nada soy, nada puedo, nada valgo... Fortaléceme, y
desafiaré las tempestades.
Jesús, mío, dame humildad,
paciencia y gratitud, amor..., amor, porque si te amo de veras, todas las
virtudes vendrán en pos del amor.
Te ruego por los que
amo... Tú los conoces, Tú sabes las necesidades que tienen; socórrelos con
generosidad. Acuérdate de los pobres, de los tristes, de los huérfanos,
consuela a los que padecen, fortalece a los débiles, conmueve a los pecadores
para que no te ofendan y lloren sus extravíos.
Ampara a todos tus hijos,
Señor, más tierno que una madre.
Y a mí, que te acompaño
cuando te abandonan otros, porque he oído la voz de la gracia; a mí, que no te
amo por el cielo, ni por el infierno te temo; a mí, que sólo busco tu gloria y
estoy recompensado con la dicha de amarte, auméntame este amor y dadme
fortaleza para luchar y obtener el apetecido triunfo.
Adiós, Jesús de mi alma
salgo de tu presencia, pero te dejo mi corazón; en medio del bullicio del mundo
estaré pensando en Ti, y a cada respiración, entiende. oh Jesús, que deseo ser
tuyo.
Amén.
Agrdesco contodo mi corazon mi Jesús sacramentado
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